domingo, 2 de mayo de 2010

Reflexiones desde Quail Hollow

Me gusta el golf. Cuanto más juego, cuanto más entreno y cuanto más golf veo por televisión, más me gusta.

Empecé a jugar por casualidad. Un antiguo compañero, de un anterior trabajo, me comentó que había empezado a jugar y que a mi - yo estaba en un momento de mucho trabajo, demasiados viajes y bastante estrés - me haría bien ese juego, que yo prefiero llamar deporte.

Me aficioné al golf, juego mal, pero sigo por televisión a los que han sido grandes. Desde nuestro "Seve", a los mitos como Jack Niclaus o Faldo. Y a los antiguos gigantes como Ben Hogan. Pero nadie ha causado tanto impacto mediático como Tiger Woods.

Tiger ha sido el primer hombre de color que se ha ganado un sitio de honor en el golf. Nadie ha tenido tanta potencia en su drive, ni ha tenido tanta inteligencia en el juego corto. Nadie ha conseguido sus resultados.

Woods comenzó a jugar al golf a la edad de 2 años. Saltó a la fama tras ganar tres Abiertos de los Estados Unidos Amateurs consecutivos antes de cumplir 20 años de edad. Decidió hacerse profesional en 1996 y en tres meses ganó dos torneos profesionales. En 1997, sorprendió al mundo tras ganar el prestigioso Masters en el Augusta National Golf Club de manera incontestable: con sólo 21 años de edad, se convirtió en la persona más joven en ganar un major, con la mayor diferencia de golpes y el marcador más bajo.

Su presencia en el mundo del golf revolucionó el juego y produjo más interés hacia este deporte. Ganó la PGA de 1999, cuando derrotó a Sergio García. En 2000, Tiger ganó tres de los cuatro majors del año, algo que nadie había hecho desde que Ben Hogan lo lograra en 1953. En Pebble Beach, California, ganó el Abierto de los Estados Unidos por un margen récord de quince golpes y empató el marcador más bajo de la historia del torneo. Un mes más tarde, en St. Andrews, la cuna del golf, ganó el Abierto Británico. Para finalizar un verano formidable, ganó otra vez el Campeonato de la PGA en un inolvidable duelo contra el desconocido Bob May. Con su victoria en el Masters del 2001, Woods se convirtió en el único jugador en poseer los cuatro trofeos del grand slam al mismo tiempo. Tiger Woods lleva ganados 14 majors en su carrera, sólo por debajo de los 18 de Jack Nicklaus.

Nike le dio un contrato millonario y durante años ha sido el deportista mejor pagado del mundo.

Pero ha cometido un error, o varios, pero todos de faldas. Tiger ha tenido que salir ante las cámaras para reconocer su afición desmesurada por el sexo femenino, sus infidelidades y algún escándalo más propio de una mala comedia italiana que del mito que es.

Nike ha hecho un comercial estupendo de este affaire. Y es que nadie como los americanos saben hacer de una crisis una oportunidad.

En el prestigioso torneo de Quail Hollow, Tiger no ha pasado el "corte" y no ha podido clasificarse para jugar la final de este fin de semana. Por primera vez en cinco años en el circuito de la PGA estadounidense, el todavía número uno del mundo no estará en las dos rondas finales. Sólo diez jugadores fueron peores que el golfista de 34 años el viernes.

Estas son las reflexiones desde Quail Hollow:
  1. Cuidado, el éxito es frágil: Nuestro país está pasando tan rápidamente como Woods del éxito a la cola de Europa.
  2. La vida está llena de despistes: Nuestro país se ha despistado. Hemos abandonado la meta de ser competitivos. Desde la Administración se ha pensado que podíamos gastar a nuestro antojo. Así las cosas, el gasto público está disparado y ha sido para conseguir favores electorales de las administraciones autonómicas, de las locales, de los sindicatos o de los lobbies sociales (actores, SGAE, etc.). Tiger se despitó con unas faldas y ahora no pasa el corte. ¿Nosotros pasaremos el corte o nos quedaremos fuera como Grecia o Woods?
  3. De toda crisis sale una oportunidad: Ya es hora que en España se aprenda de los errores. Estamos al límite pero podemos rectificar: reformas, contención del gasto, mensajes más transparentes y ciertos o un claro liderazgo pueden ser algunas de las recetas. Nike ha aprovechado la crisis de Tiger Woods para tener una oportunidad. Por favor, vean el video del comercial de Nike y pregúntense...¿qué estamos aprendiendo?. Por cierto, la voz que le hace las preguntas a Tiger es la de su padre.
Tengo ganas de ver al Tiger Woods de antes, a mi país de antes. Los dos pueden hacerlo y olvidar Quail Hollow.

No hay comentarios:

Publicar un comentario