La crisis no para, más al contrario se agudiza. Los brotes verdes no salen por ningún lado y ya hemos entrado en primavera. Grecia, Portugal con reducción de su rating. Y luego... ¿nosotros?.
El euro en entredicho. Las agencias de calificación preocupadas por ciertos países entre los que tenemos el dudoso honor de encontramos. Ayer mismo recortaron calificaciones de la deuda país a dos miembros de la UE. Pero no pasa nada, absolutamente nada.
La calle, callada. Los periódicos, reportan y no opinan. Por supuesto los políticos - ellos siempre son más fieles a su corte - siguen igual. Y todo sigue igual. "La vida sigue igual" (Julio Iglesias).
Siempre que he escuchado o leído a D. Antonio Garrigues comenta que en Estados Unidos la sociedad participa de su futuro. De hecho, desde la Universidad, incluso desde la graduación, se inculca a los jóvenes a una responsabilidad individual en una contribución ciudadana para una colectividad que se llama país. Comenta el letrado Garrigues que en Europa esto no existe y que tendría que formar parte de nuestros valores. Creo que está en lo cierto.
Parece que el tiempo da la razón a este pensamiento. El presidente Obama ha luchado por una reforma en la sanidad americana. Se ha enfrentado a muchos intereses, a muchos lobbies. Esa ley de reforma sanitaria se ha aprobado por la mínima y se enfrenta al reto de vencer las enmiendas de varios Estados americanos ante el Constitucional. Pero hay algo que da valentía a esa postura: jugarse votos por una decisión.
Pagamos a los políticos para que decidan, aunque se equivoquen, y no digo que Obama se equivoque, digo que es fiel a su decisión. Por favor, que de una vez tomen decisiones. Aquí, ¿que decisiones se toman?
En la empresa privada se da por supuesto de que un ejecutivo tiene que tomar decisiones y que su salario incluye el error. Pero se le exige que decida. ¿La sociedad exige decisión a la clase política, o le permite la ausencia de liderazgo?.
Véase España. Este es un gran país y lo es porque la sociedad ha hablado en momentos críticos de nuestra historia. Ha tomado el liderazgo que no encontró en el político. Hoy, días duros pero contemporáneos, se sigue pensando que son los otros quienes lo tienen que hacer.
Por eso me pregunto ¿dónde están los valientes?.
A lo peor, me tengo que conformar con ese estribillo que dice "la vida sigue igual".